¿Qué son los nódulos tiroideos?
Un nódulo tiroideo es un crecimiento focal que tiene lugar en la glándula tiroides. Pueden ser únicos o, con más frecuencia, múltiples, conformando un bocio multinodular.
Cualquier crecimiento anormal de las células tiroideas que forman un tumor dentro de la tiroides, se lo conoce como nódulo tiroideo. Aunque la gran mayoría de los nódulos tiroideos son benignos (no cancerosos), una pequeña proporción de estos nódulos sí contienen cáncer de tiroides.
La mayoría de los nódulos de tiroides necesitan algún tipo de evaluación para diagnosticar y tratar el cáncer de tiroides en estadios tempranos.
Los especialistas en Endocrinología en la clínica suelen emplear distintos términos para describir los nódulos tiroideos según sus características de aspecto, actividad o composición.
Entre los Tipos de Nódulos más habituales que podemos encontrar:
Nódulos únicos o nódulo solitario: cuando tras las pruebas diagnósticas no se identifican otros nódulos. Puede ser un indicio de sospecha de cáncer tiroideo, entre un 5-10% de los nódulos solitarios lo son.
Nódulos múltiples o bocio multinodular: conglomerado de varios nódulos que pueden encontrarse en ambos lóbulos de la glándula. El bocio multinodular suele combinar nódulos y quistes tiroideos. En el bocio multinodular la función tiroidea suele ser normal. Un pequeño número de pacientes desarrollan hipotiroidismo.
Nódulo dominante: Cuando en la exploración física o en la ecografía se observa un nódulo dominante (de mayor tamaño que los demás) se solicitará la realización de una punción aspiración con aguja fina (PAAF) para descartar la posible malignidad. El riesgo de cáncer de tiroides es el mismo en un nódulo único que en un nódulo dominante de un BMN- Bocio Multinodular.
Nódulos sólidos: si el contenido es celular, con poco líquido o coloide (hormona tiroidea almacenada) y tienen mayor probabilidad de ser cancerosos, aunque como ya hemos comentado la mayoría de los nódulos son benignos. Los nódulos sólidos pueden tener demasiadas células en cuyo caso se denominan adenomas.
Nódulos mixtos: el nódulo contiene líquido y células. Si es muy grande, existen tratamientos para evacuar parte del contenido y así aliviar posibles molestias.
Quistes: cuando están llenos de líquido, suelen ser nódulos benignos. Suele manifestarse como un abultamiento del cuello de crecimiento rápido, de consistencia elástica o blanda. El quiste de tiroides suele ser único y benigno.
Nódulos calientes o hiperfuncionantes: otra denominación que se suele usar es adenoma tóxico, producen hormonas tiroideas de manera autónoma, pudiendo provocar hipertiroidismo, puede aparecer en solitario o en un bocio multinodular. Puede resultar de un hallazgo casual al realizar unos análisis de hormonas tiroideas, observándose una concentración de hormonas tiroideas (T4 y T3) que puede estar aumentada, junto con un descenso de la concentración de TSH. La manera de confirmarlo es con una prueba diagnóstica específica llamada gammagrafía, en la cual se demuestra que el nódulo capta yodo radioactivo. Los adenomas tóxicos son benignos.
Nódulos fríos: nódulos inactivos que no producen hormonas tiroideas. Se identifican con la misma prueba antes mencionada. La gammagrafía revela que estos nódulos absorben menos material radiactivo que el resto del tejido tiroideo. Los nódulos fríos pueden ser benignos o malignos.
Nódulo hipoecoico o hipoecogénico: describe nódulos de baja densidad, generalmente de contenido líquido o grasa. La mayoría de los casos se trata de nódulos benignos.
Nódulo hiperecoico: es indicativo de una lesión sólida que convendrá estudiar para descartar su malignidad.
Nódulo espongiforme: Su probabilidad de malignidad es prácticamente nula. El nombre describe su apariencia debido a múltiples espacios quísticos y sólidos que le da el aspecto de esponja o panal de abejas
Nódulos benignos: más del 90% de los nódulos tiroideos son benignos. Son los que pueden beneficiarse de tratamientos con la finalidad de eliminarlos, contener su crecimiento y evitar que puedan malignizarse. Estos pueden ir desde los mínimamente invasivos a los no invasivos, como el HIFU- Ultrasonidos de Alta Intensidad Focalizados, que de manera ambulatoria consiguen tratarlos de manera segura y eficaz sin efectos secundarios.
Nódulos malignos: su prevalencia oscila entre 5%-10%, aunque en el caso de nódulos fríos estas cifras pueden llegar hasta el 17%. Los tumores, suelen ser pequeños y a pesar de presentar un curso lento asintomático y de parecer inocuos pueden producir metástasis e incluso conducir a la muerte.1 El cáncer de tiroides se diagnostica comúnmente a una edad más temprana en comparación con la mayoría de los otros cánceres que afectan a los adultos.
Al evaluar un bulto o nódulo en el cuello, uno de los principales objetivos del médico es descartar la posibilidad de cáncer. Pero tu médico también querrá saber si la glándula tiroidea está funcionando correctamente, mediante una Biopsia por aspiración con aguja fina. Con frecuencia se realiza una biopsia de los nódulos para asegurarse de que no haya cáncer. Durante el procedimiento, el médico inserta una aguja muy fina en el nódulo y extrae una muestra de las células.
El procedimiento se realiza generalmente en el consultorio del médico, dura unos 20 minutos y tiene pocos riesgos. Generalmente, el médico usa una ecografía para ayudarse a colocar la aguja. Su médico envía las muestras a un laboratorio para que sean analizadas bajo el microscopio.